Al realizar proyectos para la inclusión, la sociedad genera al individuo con alguna condición especial, un lugar para vivir y desarrollarse respetando su diversidad en todos sus aspectos globales como su condición socioeconómica, nivel de formación, sexualidad, raza, etc.
En los últimos años, el concepto de discriminación ha adquirido relevancia dentro de la sociedad, porque ha hecho posible que sea reconocida la diversidad como necesaria y enriquecedora, y ha hecho más notoria las diversas necesidades que poseen los seres humanos en cuanto a educación, salud y economía, mostrándose de forma más clara los aspectos en los que deben desarrollarse los proyectos para la inclusión social.
La discapacidad es señalada tradicionalmente como una condición que requerirá de asistencia de por vida en diversos aspectos, enfatizándose en la atención médica, educación, guía o rehabilitación, dejando un poco de lado el aspecto social, factor que debe considerarse prioritario porque puede mejorar todos los anteriores. Los vínculos inclusivos que puede establecer la sociedad para una persona con discapacidad resultan importantes debido a que pueden ofrecer una variedad de estímulos que incidirán de forma directa en su lenguaje, conducta, educación y adaptación de la persona.
La inclusión es muy importante porque las personas que posean alguna discapacidad harán posible su derecho a la igualdad con sus semejantes, podrá desarrollarse en los diversos aspectos de la vida cotidiana forzándose a hacer partícipes activos, y no a vivir de forma pasiva aceptando lo que su circulo social más cercano pueda ofrecerle.