Los programas de promoción de hábitos de vida saludable ofrecen una perspectiva integral, con enfoques didácticos e innovadores, y abordando dimensiones primordiales en la promoción de salud, como por ejemplo, el entorno psicosocial, la familia y los recursos que se poseen para proteger y promover el valor de la salud, tanto individual como colectiva.
En este sentido, el principal objetivo de los programas de hábitos de vida saludable es el desarrollo de competencias en materia de promoción de salud. Así pueden plantearse temas relacionados con la educación socio-emocional, los estilos de vida saludable, el autocuidado, la prevención de accidentes, el uso asertivo de las tecnologías de la información y la comunicación, la prevención del consumo de drogas, la sexualidad, entre otros.
Los programas sobre vida saludable son de carácter obligatorio, y se trabajan para que el ser humano adquiera conciencia de la importancia y cuidado de su salud, tenga la capacidad para percibir sus propios hábitos de vida y puede detectar que aspectos debe cambiar o regular, así como que logre desarrollar competencias que le permitan afrontar de forma satisfactoria alguna dificultad de salud.